El lenguaje es la principal herramienta para la comunicación humana, a través él comprendemos y construimos la realidad que nos rodea, nos ayuda crear pensamientos, comunicar sentimientos y expresar ideas.
En la vida cotidiana el lenguaje se construye casi de manera imperceptible, las palabras que decimos, las expresiones que utilizamos y los gestos que realizamos son algunas formas en las cuales se materializa nuestra comunicación. Estas expresiones surgen de manera espontánea y demuestran de forma explícita e implícita los pensamientos de mujeres y hombres.
El lenguaje refiere al conjunto de signos, provenientes de una construcción histórica y social que condiciona e influye en nuestra manera de pensar y determina la visión de mundo de cada persona. El lenguaje cambia continuamente, se adapta a los contextos en que es utilizado.
Por ejemplo, las nuevas palabras o expresiones que se forman continuamente en nuestra sociedad, o los signos y abreviaturas que se utilizan en la comunicación por internet.
A través del lenguaje simbolizamos nuestra realidad y significamos a las cosas, las personas y las ideas, de forma tal que lo que no expresamos es como si no existiera, es por esta razón que comunicarnos con un lenguaje incluyente y no discriminatorio es fundamental para construir una sociedad justa que visibilice a todas las personas que la conforman.
Para utilizar un lenguaje incluyente y no discriminatorio es necesario reflexionar sobre nuestras expresiones antes de exteriorizarlas. ¿Has escuchado que comúnmente se utilizan generalizaciones en masculino para referirse a grupos de personas que están compuestos por hombres y mujeres?
Por ejemplo:
Sin lenguaje incluyente |
Con lenguaje incluyente |
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Para mayor información consulta el Manual de Comunicación No sexista del Instituto Nacional de las Mujeres.